Tras dar a luz es normal que nuestro cuerpo poco a poco vaya recuperando su normalidad. Esa vuelta de nuestro organismo a su estado natural está muy condicionada a si hemos tenido un parto o una cesárea y a si estamos lactando o no.
La situación más frecuente es que si realizamos una lactancia exclusiva tras finalizar la cuarentena no tengamos menstruaciones regulares. El ritmo de los ciclos se irá recuperando tras el cese de la lactancia o al ir reduciendo el número de tomas. En el caso de que no realicemos lactancia la menstruación aparecerá tras la finalización de la cuarentena. En ocasiones no es así y puede pasar que tengamos reglas con lactancia exclusiva o que no amamantemos y los ciclos sean irregulares los primeros meses.
Y ¿cómo recuperamos la regla?: Lo más habitual o frecuente es que tras el embarazo los dolores de regla-dismenorrea- disminuyan mucho o incluso desaparezcan, sobre todo durante los primeros meses. El útero durante el embarazo ha sufrido modificaciones por el gran aumento de tamaño que ha experimentado y está más relajado. Hay algo bastante común en todos los casos y es que la cantidad de regla si suele estar muy aumentada sobre todo en los primeros ciclos debido a ese aumento de tamaño del útero.
De manera progresiva y al ir recuperando la normalidad, en algunos casos, las mujeres experimentan de nuevo la presencia de dolor menstrual o dismenorrea de manera similar a la situación previa al embarazo. El síndrome premenstrual puede modificarse o empeorar sobre todo en los primeros meses por los cambios hormonales.
La presencia o no de dolor está condicionada a una serie de factores como:
- La lactancia: el aumento de la prolactina –la hormona de la lactancia- bloquea la presencia del ciclo, aunque no debemos olvidar que es posible ovular y por lo tanto quedarnos embarazadas.
- Parto por cesárea: las cicatrices abdominales y uterinas pueden ocasionar más molestias incluso hasta 6 meses postparto. Será beneficioso trabajarlo en unidades de fisioterapia especializada
- Patologías médicas asociadas como desajustes tiroideos o situaciones de estrés que pueden condicionar la evolución durante los primeros meses.
El síndrome premenstrual puede modificarse o empeorar sobre todo en los primeros meses por los cambios hormonales.
¿Qué podemos hacer para evitar estos síntomas o prevenirlos?
- Realizar revisiones ginecológicas para detectar posibles incidencias y poder solucionarlas de manera precoz.
- Acudir a recuperación postparto para realizar seguimiento y tratamiento de abdomen y suelo pélvico y así también avanzar en la recuperación de la actividad sexual
- Realizar ejercicio físico regular, dieta sana y equilibrada evitando alimentos procesados
- No hay que normalizar el dolor, consultar siempre es la mejor opción para poder buscar solución
