Sin duda esta es una pregunta muy común en las consultas de ginecología, en concreto en las consultas postparto, y no siempre fácil de contestar. Si generalizamos y nos atenemos a lo que nos recomienda la OMS (Organización Mundial de la Salud), responderíamos que en intervalo ideal es el de no menos de 2 años y no más de 5 años, independientemente de la vía del parto anterior, vaginal o cesárea.
Embarazos fuera de este intervalo han presentado mayor número de efectos adversos en el bebé y en la madre, como un aumento de riesgo de parto prematuro, recién nacido con bajo peso, ruptura prematura de membranas, hipertensión en el embarazo, etc. Sin embargo esta recomendación de la OMS es fundamentalmente para países en vías de desarrollo y no tan clara en aquello países con mujeres en mejor situación nutricional y de salud.
La realidad clínica es que es muy importante individualizar cada caso, y establecer una recomendación específica para cada paciente. De modo que aquellos embarazos y partos más complicados, que han cursado en mujeres con enfermedades ya conocidas o de aparición durante la gestación, que han finalizado en parto prematuro, o cesárea por riesgo materno-fetal, etc. necesitarán un intervalo entre embarazos que se encuadre dentro de lo establecido por la OMS y que además sea controlado por los distintos especialistas que cuidarán de la salud de la madre y el bebé durante el siguiente embarazo. En este tiempo de espera influirán muchos factores, como la edad materna (si es superior a 35 años, puesto que la fertilidad va disminuyendo, se plantea un intervalo de tiempo algo menor de 12 a 18 meses), la necesidad de tratamientos durante este intervalo que sean incompatibles con el embarazo, como ocurre en pacientes con enfermedades autoinmunes como el Lupus, o pacientes diagnosticadas de Esclerosis múltiple. Sabemos que el mayor factor de riesgo para un parto prematuro es haber tenido un parto prematuro anterior, y en estos casos sí será importante controlar las posibles causas adecuadamente y aumentar el intervalo de tiempo entre embarazos para evitar al máximo el mismo desenlace.
Sin embargo, si la pregunta nos la hace una mujer sana, que ha tenido un embarazo anterior normal, y tiene edad inferior a los 35 años, se encuentra en buen estado de salud y nutricional, y en adecuado nivel socioeconómico, ¿cuál será nuestra respuesta? En primer lugar debemos recomendar la lactancia materna, por sus beneficios ampliamente conocidos, y que ésta, si puede ser, sea exclusiva durante los primeros 6 meses. La lactancia exclusiva, en la inmensa mayoría de los casos, provocará una situación de anovulación y falta de regla, que dificultará el embarazo espontáneo, aunque es importante recordar a la pareja que esta norma no se cumple al 100% y que será importante una adecuada anticoncepción compatible con la lactancia. Transcurridos estos 6 meses (que realmente es el período mínimo en el que se desaconseja un nuevo embarazo) si la mujer desea buscar otra gestación, recomendamos realizar una buena consulta preconcepcional que evalúe el estado físico de la paciente, y su situación metabólica y nutricional. Será importante la realización de una ecografía que evalúe la recuperación funcional y anatómica del útero y ovarios. A su vez es muy importante evaluar la situación muscular del suelo pélvico y pared abdominal, para poner en marcha aquellos mecanismos de rehabilitación necesarios para que la mujer no sufra complicaciones en el siguiente embarazo que puedan finalmente necesitar medidas más agresivas, como la cirugía. Y además se recomienda completar el estudio con la realización de una analítica que permita evaluar el estado nutricional, hormonal y metabólico de la mujer para detectar posibles déficits o alteraciones con posibilidad de tratamiento.
Si nos encontramos ante el caso de un parto anterior que finalizó en cesárea, será más importante aún respetar el período mínimo de 6 meses, y el más recomendable de 18 meses para reducir al máximo el riego de rotura uterina en embarazo y parto posterior. Sabemos que es posible conseguir un parto vaginal con éxito tras una cesárea anterior, pero en esto influyen factores como el tiempo transcurrido, la edad de la madre, el motivo de la cesárea anterior, y el inicio del segundo parto, pues si este es espontáneo existirá mayor probabilidad de parto vaginal.
¿Qué ocurre si por determinadas circunstancias no se cumple con este intervalo mínimo de seis meses?
Tanto si se ha tratado de una cesárea o un parto vaginal, es importante no atemorizar a la mujer embarazada. Pondremos en marcha una vigilancia adecuada, minimizando al máximo los factores de riesgo modificables para cualquier efecto adverso para la madre o el bebé. Por ejemplo, insistiremos en la importancia de una adecuada nutrición, con adecuado control del aumento de peso, recomendaremos un buen control de la tensión, ejercicio moderado para mejorar la salud cardiovascular de la madre así como su musculatura de pared abdominal y suelo pélvico, suspender tabaquismo y otros tóxicos en caso de ser necesario, no será obligatorio suspender la lactancia en caso de continuar con ella, y advertiremos a la paciente de los posibles signos o síntomas que puedan indicar el inicio de alguna situación adversa como la ruptura de bolsa, el parto prematuro, etc.